Virgen del Pilar
La Virgen se fió de Dios, creyó cuanto se la comunicaba, y el Verbo se hizo carne. El crecimiento interior y la madurez que en un instante experimentó María caen fuera de lo mensurable, como si de pronto hubiera sido trasladada a un plano superior, más cercano a Dios, con toda la claridad y fuerza que ello significaba, con esa íntima sensación de profundidad que da el haber penetrado, a través de espesos estratos, hacia el centro donde todo se encuentra y todo se explica.
Federico Suárez (La Virgen, Nuestra Señora)