“Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la Estrella, llama a María (...). No te descaminarás, si la sigues; no desesperarás, si la ruegas; no te perderás si en Ella piensas”.
San Bernardo, Homilías sobre la Anunciación II, 17
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