Thursday, December 22, 2005
Monday, December 12, 2005
Virgen de Guadalupe

¡Dios te salve, María, llena de gracia!Esta noche te pido por los jóvenes de España,jóvenes llenos de sueños y esperanzas.Ellos son los centinelas del mañana,el pueblo de las bienaventuranzas;son la esperanza viva de la Iglesia y del Papa.
Santa María, Madre de los jóvenes,intercede para que sean testigos de Cristo Resucitado,apóstoles humildes y valientes del tercer milenio,heraldos generosos del Evangelio.
Santa María, Virgen Inmaculada, reza con nosotros, reza por nosotros. Amén".
Saturday, December 10, 2005
Oración

Thursday, December 08, 2005
Novena Inmaculada ( IX )

Juan Pablo II. Audiencia General 29-V-1996
Novena Inmaculada ( VIII )

Pie Regamey, Los mejores textos sobre la Virgen María.
Novena Inmaculada ( VII )

San Bernardo, La Virgen Madre.
Sunday, December 04, 2005
Saturday, December 03, 2005
Novena Inmaculada ( V )

“Durante su vida terrena no fueron ahorradas a María ni la experiencia del dolor, ni el cansancio del trabajo, ni el claroscuro de la fe. A aquella mujer del pueblo, que un día prorrumpió en alabanzas a Jesús exclamando: bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te alimentaron, el Señor responde: bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica (Luc. XI, 27-28). Era el elogio de su Madre, de su fiat (Luc. I, 38), del hágase sincero, entregado, cumplido hasta las últimas consecuencias, que no se manifestó en acciones aparatosas, sino en el sacrificio escondido y silencioso de cada jornada.
Al meditar estas verdades, entendemos un poco más la lógica de Dios; nos damos cuenta de que el valor sobrenatural de nuestra vida no depende de que sean realidad las grandes hazañas que a veces forjamos con la imaginación, sino de la aceptación fiel de la voluntad divina, de la disposición generosa en el menudo sacrificio diario”.
San Josemaría, Es Cristo que pasa, n. 172
Friday, December 02, 2005
Novena Inmaculada ( III )

“No lo dudemos: los hombres necesitan de una madre en el orden sobrenatural que les ayude a ser hijos de su Padre Dios, y que les enseñe a llamarle “papá”, como hacen todas las madres con sus hijos; que les haga comprender que son hermanos de sus hermanos y, sobre todo, hermanos de Jesús; que les ayude a poner cariño en el trato con Dios, esa ternura y ese afecto que las madres trasmiten con su agradable sabiduría en el ámbito familiar; que les auxilie para huir de envaramientos, rigideces y dramas, nacidos de olvidar que son pequeños y débiles. Una madre en el orden sobrenatural que, como las madres de la tierra, acuda al lado del hijo doliente y lo conforte, lo consuele, lo sostenga.”
Eucaristía y vida cristiana, pp 231-232,
Javier Echevarría.